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¿Testaferro?
Eduardo Eskenazi, propietario del Banco Santa Cruz, trascendió como posible comprador
El grupo español Repsol se apresta a desprenderse del 45% de su filial argentina YPF. Así lo comunicó ayer por primera vez la petrolera, en una nota enviada a
Antonio Brufau, presidente de la empresa, viajó ayer a Buenos Aires para participar, en las próximas horas, de la habitual reunión de directorio. El porcentaje de venta se conoció después de que el grupo aplicó, la semana pasada, una sugestiva reestructuración en su organigrama. Después de esa modificación, YPF quedó separada de Brasil y de Bolivia.
La identidad del nuevo socio local, que deberá desembolsar unos 3000 millones de dólares, era anoche el secreto más requerido por los operadores del mercado. Por la noche, un nombre se oía como el más probable: Eduardo Eskenazi, dueño del grupo Petersen, que controla los bancos Santa Cruz, San Juan y Santa Fe, y la constructora Petersen, muy activa en
En el grupo Petersen no contestaron las llamadas de
El Gobierno, al tanto
Hace pocos días, al menos dos ejecutivos de sectores desregulados se enteraron, durante una reunión privada, de que el ministro de Planificación, Julio De Vido, estaba ya al tanto del nuevo socio desde hacía tiempo. Dadas las características de la industria en cuestión, el comprador deberá contar, al menos, con respaldo oficial.
¿Por qué un grupo internacional como Repsol YPF querría abandonar algo que, en cambio, sí sería atractivo para un argentino? Esa era la pregunta que se hacían anoche varios petroleros.
La inquietud ha trascendido las fronteras. Hace diez días, en San Diego, California, en un seminario de energía repleto de ejecutivos de todo el mundo, el norteamericano Daniel Kastholm, managing director de la calificadora de riesgo Fitch Ratings, hablaba específicamente de
Kastholm se preguntaba qué los motivaba a largarse a un mercado con tarifas muy inferiores a las del resto del mundo. "Evidentemente, ellos tienen información que nosotros no tenemos", concluyó.
Ayer por la tarde, un hombre del mercado financiero que ha estado en varias operaciones del sector petrolero hacía este razonamiento: "Se trata de un negocio financiero de alto riesgo en una empresa de un mercado supuestamente desregulado, pero regulado en los hechos. No advierto quién puede estar interesado en poner tanto dinero en YPF, salvo que tuviera capacidad para influir en alguna decisión del marco regulatorio".
El 45% que se resolvió vender es superior al porcentaje que había trascendido meses atrás. Y revivió un pensamiento instalado en la industria: los accionistas de Repsol quieren reducir su participación en
Desde Canadá, Roger Tissot, director regional para América latina de la consultora PFC Energy, dijo a
Por Francisco Olivera








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