miércoles, 6 de junio de 2007

545

¿Testaferro?

Amigo de Kirchner compraria el 45 % de YPF

Eduardo Eskenazi, propietario del Banco Santa Cruz, trascendió como posible comprador

El grupo español Repsol se apresta a desprenderse del 45% de su filial argentina YPF. Así lo comunicó ayer por primera vez la petrolera, en una nota enviada a la Comisión Nacional de Valores de España. La operación estará dividida en dos partes: le venderá un 25% a un socio local, cuyo nombre es guardado en estos momentos con nervioso sigilo dentro de la compañía, y una apertura de otro 20% a la Bolsa de Buenos Aires.lanacion-tna

Antonio Brufau, presidente de la empresa, viajó ayer a Buenos Aires para participar, en las próximas horas, de la habitual reunión de directorio. El porcentaje de venta se conoció después de que el grupo aplicó, la semana pasada, una sugestiva reestructuración en su organigrama. Después de esa modificación, YPF quedó separada de Brasil y de Bolivia.

La identidad del nuevo socio local, que deberá desembolsar unos 3000 millones de dólares, era anoche el secreto más requerido por los operadores del mercado. Por la noche, un nombre se oía como el más probable: Eduardo Eskenazi, dueño del grupo Petersen, que controla los bancos Santa Cruz, San Juan y Santa Fe, y la constructora Petersen, muy activa en la Patagonia en los últimos años. El banco sureño administra, además, los ya famosos 600 millones de dólares que la provincia de Néstor Kirchner llevó al exterior.

En el grupo Petersen no contestaron las llamadas de LA NACION. Se había especulado también, en el transcurso del día, con otros dos empresarios, Eduardo Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000) y Jorge Brito (Banco Macro). "Brito no es", aclararon muy cerca del banquero. Voceros de Aeropuertos se excusaron: "No tenemos información oficial para dar".

El Gobierno, al tanto

Hace pocos días, al menos dos ejecutivos de sectores desregulados se enteraron, durante una reunión privada, de que el ministro de Planificación, Julio De Vido, estaba ya al tanto del nuevo socio desde hacía tiempo. Dadas las características de la industria en cuestión, el comprador deberá contar, al menos, con respaldo oficial.

¿Por qué un grupo internacional como Repsol YPF querría abandonar algo que, en cambio, sí sería atractivo para un argentino? Esa era la pregunta que se hacían anoche varios petroleros.

La inquietud ha trascendido las fronteras. Hace diez días, en San Diego, California, en un seminario de energía repleto de ejecutivos de todo el mundo, el norteamericano Daniel Kastholm, managing director de la calificadora de riesgo Fitch Ratings, hablaba específicamente de la Argentina y nombraba, ante un auditorio con escasa concurrencia nacional, a Marcelo Mindlin y a Carlos Miguens como ejemplos de empresarios que han comprado, en los últimos tiempos, activos abandonados por poderosos grupos internacionales.

Kastholm se preguntaba qué los motivaba a largarse a un mercado con tarifas muy inferiores a las del resto del mundo. "Evidentemente, ellos tienen información que nosotros no tenemos", concluyó.

Ayer por la tarde, un hombre del mercado financiero que ha estado en varias operaciones del sector petrolero hacía este razonamiento: "Se trata de un negocio financiero de alto riesgo en una empresa de un mercado supuestamente desregulado, pero regulado en los hechos. No advierto quién puede estar interesado en poner tanto dinero en YPF, salvo que tuviera capacidad para influir en alguna decisión del marco regulatorio".

El 45% que se resolvió vender es superior al porcentaje que había trascendido meses atrás. Y revivió un pensamiento instalado en la industria: los accionistas de Repsol quieren reducir su participación en la Argentina sencillamente porque no la juzgan atractiva. Bajar el riesgo argentino, dicen los petroleros. Altas retenciones que dejan aquí en la mitad el precio del barril, combustibles hasta 50% por debajo del valor de otros países de la región por presión del Gobierno y escasa seguridad jurídica son tres condiciones que vuelven siempre sobre lo mismo: la Argentina no es Irak, y cada molécula de petróleo o gas es aquí, además de poco rentable, difícil y cara de extraer.

Desde Canadá, Roger Tissot, director regional para América latina de la consultora PFC Energy, dijo a LA NACION que "la decisión de Repsol confirma el deseo de reducir su presencia en el país y diversificar un poco su portafolio. Ellos fueron penalizados por exceso de presencia en América latina y, sobre todo, en la Argentina. El mercado no ha valorado tan bien como debía sus resultados por culpa de la Argentina". En la petrolera negaron esa afirmación: "Repsol YPF no se va del país: va a compartir criterios con un socio local. No vamos a perder el control. Esto va a hacer crecer aún más la actividad"

Por Francisco Olivera

De la Redacción de LA NACION

No hay comentarios.: