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Los desaciertos cometidos por el presidente en su loca carrera por arremeter contra todo y contra todos, lo ha llevado a una inusitada pérdida de candidatos políticos entre los que de alguna manera representan su modelo o su proyecto político en los distintos lugares del país.
Lo ocurrido últimamente en Río Negro con Pichetto, en Neuquén con la derrota del Radical K y ahora en la ciudad de Buenos Aires con Filmus no es un tema menor si se tiene en cuenta que Kirchner no está acostumbrado a que le digan que no.
El presidente Kirchner a no dudarlo ha tenido en sus manos la posibilidad histórica de haber sido más grande que Perón. Y no lo digo en tono peyorativo ni para desmerecer la figura del iniciador de la doctrina justicialista, lo digo porque en el marco histórico y social que tomó a
Sin embargo dilapidó, malgastó y desperdició inútilmente esa posibilidad produciendo un modelo de acumulación que no derrama si no es en obras sobrevaluadas o en dádivas que se cobran a la vuelta de la esquina; sembrando resentimiento y produciendo grietas en las instituciones más representativas del país; consolidando un modelo que nos invita a mirar al pasado para recordar y nos roban el futuro para variar; enfrentándose inútilmente con cuanto disidente se le cruce y malgastando energía en acallar los medios, con el peso enorme que tienen las comunicaciones en el mundo globalizado en que vivimos, capaces de desgastar gobiernos solo con la palabra.
El “modelo Santa Cruz” representa la típica evolución del desgaste inútil de un gobierno acostumbrado a apretar sin ser molestado. En este sentido el presidente Kirchner ha creído que a nivel nacional podía exportar su criatura y tal vez sea tarde cuando comprenda que la relación de fuerza con los votantes, que son quienes en realidad tienen el poder, es muy diferente y desventajosa si en el camino de la administración no se han hecho las cosas con cierto criterio y haciendo eje en el consenso y la unidad de todos.
Kirchner quiso hacer como en Santa Cruz y “construyó” un candidato a partir de Filmus como quien entrega una pizza completa lista para ser consumida sin necesidad de preguntar si es de queso común o de muzzarella. Lo mismo hizo en Santa Cruz en el 2003 cuando impuso a Sergio Acevedo, que no fue resistido porque por aquellos momentos tenía buena aceptación entre la gente, pero inmediatamente le “colgó” a Carlos Sancho como compañero de fórmula, hombre absolutamente resistido con cuanto peronistas uno hablara.
Sin embargo el “Kapricho” (quizás el último) triunfó por sobre las voces de los más conscientes y finalmente, al no medir correctamente el grado del cambio social que se estaba operando en su provincia, la llevó al desastre político que cayó en cascada de Acevedo para acá y que hoy representa para el FPVS un durísimo escollo de vencer.
Filmus que no representaba absolutamente nada y quien en su función específica no demostró ser más que un gran obediente, fue llevado a una derrota segura y como si esto fuera poco, al igual que Acevedo, le colgaron el lastre del más controvertido y cuestionado de los políticos de la ciudad, “Cromagnon” Ibarra.
Pero en el camino de las invenciones y mostrando su permanente predisposición a vivir en la virtualidad de un mundo que no se parece al real, el gobierno pretende “capitalizar la derrota” y enarbola como un triunfo una aplastante diferencia de más de 20 puntos por encima de su candidato que en cualquier otro lugar lo haría bajar decorosamente de la segunda vuelta.
Los kirchneristas de esta manera se vienen transformando en “los campeones morales” y en vez de hacer una fuerte autocrítica para ver dónde está el verdadero problema de por qué un candidato como Filmus con todo el apoyo y la plata del estado nacional no puede llegar al 50% de los votos de su competidor y apenas dos puntos por encima de Telerman, acude a los fuegos de artificios de una pseudo victoria que contrasta terriblemente con la cara de decepción de su propio candidato, el Ministro que no ha demostrado nada ni siquiera en los pobres discursos que ensaya.
Deberá entonces el presidente Kirchner revisar su fábrica de candidatos y concluir que es necesario pagarle menos a los asesores de imágenes que no pueden hacer milagros y buscar en las bases sociales instalar el concepto y no en la superficie de las ideas.








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