lunes, 28 de mayo de 2007

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Los privilegios de ser camionero en la era K

El gremio de los camioneros recibe subsidios y un tratamiento especial del gobierno de Néstor Kirchner. Si no logran lo que piden, cruzan los camiones y generan tensión. En efecto, ser hoy camionero en el país tiene sus privilegios: un chofer tiene un piso de $3.000, y un médico, de $1.500. Es que en la puja por los salarios, los grandes gremios siempre ganan.

POR FERNANDO NOLE

BUENOS AIRES (Agencia Buenos Aires).- La escalada de aumentos salariales registrada desde principios de año está generando un panorama sumamente complicado para el mercado de trabajo por la gran distorsión en los niveles de remuneración. Los que ganan en este escenario son los gremios más poderosos y pierden los profesionales, con diferencias que llegan a generar ingresos de hasta un 40 ó 50% superior a lo que recibe un empleado con formación académica.

Diversos estudios económicos y entidades como la Unión Industrial Argentina han advertido justamente sobre el peso que está generando en el costo laboral la presión de los sindicatos más fuertes sobre sectores que no tienen un poder político y de lobby tan fuerte.

A la luz de lo que ocurrió en los últimos meses, está claro que gremios de gran poder como camioneros, transporte público, metalúrgicos, mecánicos, químicos y farmaceúticos han logrado fuerte aumentos salariales, por encima del 20 por ciento real y muy por arriba de la cifra de 16,5 por ciento sugerida por el gobierno.

Otros sectores, esencialmente profesionales, han registrado mejoras de ingresos pero en escala muchos menores, no superando en concreto el 15 por ciento.

De allí es que los especialistas hablan de fuertes distorsiones en el mercado laboral.

Los camioneros tienen un ingreso mensual mínimo de 3.000 pesos y el tope llega hasta los 5.000 pesos mensuales.

En los trabajadores metalúrgicos y mecánicos la banda salarial oscila entre 2.000 y 4.000 pesos mensuales, en tanto que en el transporte, los empleados con menor rango cobran en el inicio 2.000 pesos mensuales.

Sin embargo, y como historia repetida en el país, los profesionales están perdiendo en el reparto salarial, porque un médico sin cargo en un hospital se inicia con un sueldo de 1.500 pesos, un técnico del Conicet, entre 2.000 y 2.500 pesos, un biólogo entre 2.000 y 3.000 pesos mensuales y un abogado que comienza en un estudio o una empresa privada su salario no supera los 2.000 pesos mensuales.

Para el consultor externo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Raúl Ochoa, la distorsión es sumamente grave.

“El problema es que este tipo de distorsiones, si se mantiene en el tiempo, promueve la salida de profesionales hacia el exterior y lo peor de todo puede quitar incentivos a la población joven para prepararse, para estudiar y capacitarse”, resaltó el especialista.

En un sentido similar, la economista y consultora de empresa María Castigloni puntualizó que “este tipo de distorsiones no son sostenibles en el tiempo y el problema es que solo los gremios fuertes están ganando esta batalla”.

“En general, lo que se está viendo es una multiplicación de reclamos salariales que no tiene techo en este momento y eso puede afectar notablemente la inflación en el corto y mediano plazo”, resaltó Castigloni.

Un funcionario del Ministerio de Economía de la Nación admitió que “indudablemente que aquellos gremios que tienen más poder de lobby han conseguido aumentos importantes, mucho más que aquellos trabajadores que no poseen métodos de presión tan contundentes”.

Otro de los aspectos centrales es el poder adquisitivo, que si bien se ha recuperado en los últimos meses, aún queda un camino importante por recorrer para lograr una recuperación que lo ubique en niveles antes de la crisis de 2001.

En ese punto es donde analistas de la Unión Industrial Argentina (UIA) mencionan la necesidad de que la recomposición de los sueldos se debe dar dentro de un marco de competitividad si no se quiere tener consecuencias negativas.

Los mismos analistas de la UIA aseguraron que “el costo laboral en el país se ha incrementado considerablemente”.

“Si uno parte por ejemplo de que el salario mínimo se duplicó entre el 2002 y el 2006, la cifras es elocuente. También hay que considerar que por se tomaron algunas decisiones que incrementan los costos de la carga laboral”, resaltaron.

Señalaron que además de los constantes incrementos de remuneraciones que se dieron en los últimos meses en la actividad privada, hay que agregar “la suba en las asignaciones familiares y la nueva ley de Riesgo del Trabajo, lo cual genera un incremento muy importante”.

En realidad, si se observan las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) se puede constatar que en los últimos 12 meses los salarios crecieron 18 por ciento y la inflación 9,5 por ciento, aunque en ese punto se debe aclarar que las cifras oficiales del costo de vida son relativas, ya que toma los precios de los productos regulados por el gobierno.

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