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Amplificado, el reclamo se repitió en las calles
El cambio de gobernador no alcanza para superar la crisis
RIO GALLEGOS.- Entre 12 y 14 mil personas demostraron ayer que Santa Cruz sigue en pie de protesta. La marcha que partió de la carpa blanca, frente a la gobernación, convocó a gente de toda la provincia. Una vez más se pidió un cambio de políticas en la provincia del presidente Néstor Kirchner.
"Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", gritó uno de los oradores, parafraseando a Pablo Neruda. Eran las 18 y desde el monumento al general Roca, que corona la esquina principal de la ciudad, la zona estaba tapada de fotógrafos y camarógrafos que intentaban registrar la marcha más grande de la historia de Santa Cruz. La noche había caído y la sensación térmica se acercaba al bajo cero.
El alumbrado público no se encendía y la gente empezó a reclamar. "Queremos luz, queremos luz", corearon. Y, como por arte de magia, las luminarias se encendieron.
Por un momento, algunos creyeron que todo podía ser a pedir de boca. Minutos antes de asumir Daniel Peralta, en las calles de esta ciudad, se pedía la renuncia de todo el gabinete.
"La asunción pone en vista la crisis, cuyo principal responsable es el Presidente", dijo Oscar Bode, dirigente del gremio judicial.
Los bombos y la rechifla también fueron para el jefe del Estado. El que no festejó fue el muñeco gigante de papel maché, que caricaturizaba la cara de Kirchner y tenía un garrote en una mano y un billete de $ 50, en la otra. Ante cada comentario desagradable, el muñeco blandía los brazos en una imitación que provocaba hilaridad.
"Que sepa el Presidente que en octubre iremos a las urnas votando con memoria", dijo otro de los oradores, en respuesta al discurso que, desde
Mientras tanto la dirigencia de
Cuando asumió Carlos Sancho la gobernación, tras la renuncia de Sergio Acevedo, unos 150 docentes reclamaban por el aumento salarial. Catorce meses después hubo pocas mejoras. Lo que sí creció fue la cantidad de gente que se plegó a la protesta docente.
Ayer los discursos fueron cortos. Todos estaban apurados y querían llegar a
Nadie sabía qué pasaba en el interior de
Unos empujones enrarecieron el ambiente, pero rápidamente empleados municipales que participaban de la manifestación armaron su propio cordón humano para evitar contacto entre los manifestantes y la policía.
Una mujer rubia, de mediana edad, fue confundida con la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Entonces, las ollas contra el cerco provocaron un ruido ensordecedor.
Quizá como en un signo hacia el flamante gobernador, un orador gritaba: "Vení Daniel [en referencia a Peralta], tenés un micrófono, vení, habla con el pueblo, acá sos más libre".
Después de las 20, cuando el acto ya había terminado, la multitud empezó a desconcentrarse. Muchos tomaron en dirección de la casa del Presidente y realizaron un bocinazo en las narices de la fuerte guardia de Gendarmería que una cuadra antes del chalet cortaba el tránsito. Por ahora, nada parece haber cambiado aún en el ánimo crispado.
Por Mariela Arias
Para









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