lunes, 30 de abril de 2007

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OPERACIÓN BASURA

Una acción ofensiva se toma por dos razones: o porque se tiene una estrategia para atacar al enemigo con grandes posibilidades de éxito, o porque se tiene miedo. La operación sucia que ha salido a hacer el gobierno a través de correos y el servicio de personajes que los reproducen, son partes de un esquema que se derrumba y donde no advierten mejor defensa que atacar indiscriminadamente.

Rondan por allí algunos correos electrónicos cargados de mentiras y burdas imputaciones mezcladas con muy pocas verdades, tanto hacia la gente que hacemos OPI como a quienes trabajan con esfuerzo en Fm Abril, News y Tiempo.

Como no vamos a perder tiempo en responder estupideces propia de gente que no tiene agallas, razón por lo cual se esconden en el anonimato de un mails, ni siquiera nos detendremos en su contenido; pero sí es bueno detenerse a considerar algunas cuestiones que tienen que ver con el motivo que los ha generado.

Indudablemente que con el esforzado trabajo que llevamos adelante un grupo de periodistas de esta ciudad, hemos desnudado las miserias propias de un poder corporativo que hasta ahora vivía a la sombra de la impunidad que da la palabra no dicha, no escuchada, no divulgada.

Nuestra existencia, la de la gente de Fm Abril, Fm News, Tiempo o Radio 21 en Caleta Olivia, por citar algunos ejemplos, ha creado un canal por donde se filtra la realidad, recorre con pasmosa velocidad toda la provincia y sale de las fronteras santacruceñas disparadas al mundo.

Otros medios y sitios webs se han sumado desde Santa Cruz a esta enorme movida que amenaza al poder, no con las armas, síno con la palabra y el pensamiento que son como balas de plata para la plana mayor (y no tan mayor en términos de inteligencia cuantificable) de la política provincial y nacional que carece de autocrítica y apuesta al oscurantismo para preservarse asimismo.

Nosotros criticamos el anonimato en general y el del correo electrónico en particular, porque es cosa de cobardes y basuras agredir escondidos desde abajo del colchón como culebras. Nadie que se precie de hombre puede apantallarse tras una computadora para escupir mentiras y falsedades por el solo hecho de mitigar su bronca.

Pero esa gente existe, gracias a Dios es una porción minúscula en el universo de gente de bien y actúan en consecuencia siguiendo los parámetros de su escasa catadura moral (y hasta estatura física en algunos casos) y el acotado sentido de las libertades que poseen reducidas aún más por su espíritu naturalmente servilista.

A quienes hayan iniciado esa operación “basura” les decimos que pacientemente esperamos poder descubrirlos para denunciarlos con nombre, apellidos y algunos datos más que por allí nos acerquen, como ya hemos hecho con algunos. A los mentores de la infamia le decimos: no desesperen que todo llega. Estos medios electrónicos no son infalibles y nosotros no somos tan idiotas como creen.

Los cobardes que tienen la osadía de escribir barbaridades en la soledad de sus noches miserables sin poner la firma, se transforman en seres tan miserables como las cosas que escriben. Son escoria de un mundo marginal y constituyen sujetos marginales que tal vez están pendientes de las monedas que les arrima el poder, porque no tienen suficiente capacidad para ganarse el sustento con trabajo.

Y paralelamente esos mismos desvergonzados luego aparecen haciéndose eco de sus mismos textos, pergeñados en el anonimato, en pasquines de cuarta o radios que todos ayudamos a sostener y tratan de aparecer como simples reproductores del mensaje cuando en realidad son sus mentores, pero indudablemente la cobardía y la falta de hombría les impide dar la cara y se esconden detrás de un papel con la mejor cara de “yo no fui” tratando de despegarse de la responsabilidad como simple rata que escapa del arañazo del gato.

Los ruines que atacan desde el fondo de una caja de zapatos, lugar suficientemente amplio como para guardar todo su coraje, su ética, dignidad, la honestidad y la imperceptible hombría de bien que poseen, se relamen con el sándwich y la gaseosa que seguramente le dan para que lleguen a fin de mes mientras les brindan sus “servicios” a cualquier botón de turno que los usa como el más ordinario de los profilácticos.

Este es el perfil de quienes iniciaron la campaña basura en contra de los que nos oponemos a que nos encinten la boca.

Pero les decimos a ellos, a quienes los mandan, a los que tienen ganas pero no se animan, a los que lo pensaron, a los que tienen bronca y se carcomen los codos, a los insufribles que viven envidiando a quienes pueden hablar libremente, a los idiotas útiles e inútiles, a los que se creen inmunes, a los cobardes que se escudan tras nombres falsos; que no nos van a intimidar ni hacer bajar la guardia.

Por el contrario le daremos con más ganas para adelante y apostaremos al desafío de saber quiénes son, para quiénes trabajan y allí pegaremos duro; y tal vez, si algún día podemos desenmascararlos a todos, como es casi seguro que va a suceder, ya no puedan seguir mirando a la cara de sus vecinos o colegas o trabajando en una oficina pública o en una redacción, ocupando una banca o tal vez se van a tener que encerrar en sus oficinas públicas vacías de contenidos como su argumentos, por la vergüenza que les vamos a hacer pasar.

Tal vez ese día entiendan que deberían haber jugado las fichas decentemente.

A los eternos anónimos, hasta siempre; los iremos descubriendo y como corresponde, poniendo en evidencia. (Agencia OPI Santa CRuz)

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