viernes, 27 de abril de 2007

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Los maestros reaccionaron con cautela y escepticismo

Se frustró en la Legislatura la sanción de las paritarias para el sector

RIO GALLEGOS.- Después de dos meses de un conflicto docente que incluye la pérdida de 23 días de clases, marchas masivas, carpa blanca, cortes de ruta, cacerolazos y una fuerte militarización de Santa Cruz, la decisión del gobierno nacional de intervenir en el conflicto se tomó aquí con cautela y escepticismo, pero con una advertencia: en caso de no haber propuestas, el paro docente podría continuar desde la semana próxima.

Si bien la noticia de la audiencia convocada por el Ministerio de Trabajo de la Nación se propagó rápidamente, fue en la carpa blanca levantada frente a la Casa de Gobierno santacruceña donde Pedro Muñoz, secretario general del gremio docente, lo anunció a la multitud convocada ayer, entre docentes e integrantes de la mesa sindical.

Fue tomado con algo de alegría y gran expectativa. "Es una audiencia de partes; habrá que ver", dicen desde el gremio docente. Hoy y mañana, los maestros realizarán asambleas en toda la provincia y el sábado en el congreso provincial definirán cuál será su postura en la audiencia del lunes.

En Buenos Aires se reunirán Muñoz y Silvia Esteban, presidenta del Consejo Provincial de Educación. Allí tratarán de encontrar una salida que el gobierno de Sancho no logró encontrar.

"Después del bochorno de la marcha atrás de la conciliación obligatoria, creo que el Gobierno ha tendido a sacar el conflicto de acá y resolverlo en el ámbito externo. De la notificación se desprende que no hay condicionamiento alguno", dijo Muñoz, en declaraciones a los medios locales.

Y agregó que lo que se evalúa como una posibilidad, "todos saben aquí que si no hay propuestas claras en esa reunión las medidas de fuerza continúan en el mes de mayo".

Fuentes gremiales consideran que el gobierno provincial especuló con los tiempos y no le salió bien. "Creemos que habrá señales claras con respecto a la solución del conflicto", se esperanzó Muñoz sobre el encuentro del lunes en Buenos Aires.

Minutos después del anuncio en la carpa blanca, una multitud integrada por docentes y gremios estatales llegaron a las afueras de la Legislatura, pese al gran despliegue policial desde la mañana. La expectativa estaba puesta en ingresar en el recinto donde un grupo de diputados rebeldes del Partido Justicialista iba a intentar tratar un proyecto para instalar las paritarias docentes.

El fuerte operativo, que incluyó un centenar de policías y gendarmes, y el vallado de 2,50 metros, no asustó a la gente; tenía el ingreso prohibido.

A las 14, por la única puerta habilitada ingresaron los siete diputados dispuestos a tratar sobre tablas una adhesión a la ley nacional de paritarias y la actual derogación de la ley vigente desde 1991. En su ingreso recibieron algunos huevazos y codazos.

Ante la negativa de ingresar, los manifestantes decidieron acompañar la sesión con bombos que llegaban con claridad hasta el segundo piso de la Legislatura. En las gradas del recinto sólo había militantes políticos del Frente para la Victoria Santacruceña, el nombre del frente del presidente Néstor Kirchner.

El clima de la calle se trasladaba al recinto, donde por primera vez en muchos años el bloque del PJ quebró su votación, lo que hace presagiar disidencias cada vez más claras.

Los siete díscolos intentaron tratar sobre tablas la discusión. "El pueblo pide diálogo", dijo el diputado Carlos Figueroa, amigo del secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, Carlos Zannini.

Desde el radicalismo, Omar Hallar recordó: "En 1991, el 55,5 por ciento de los ingresos se destinaba al pago de sueldos; hoy bajó al 33 por ciento. Hay motivos para acompañar este proyecto".

Pero todo fue en vano. No hubo quórum y el proyecto pasó a comisiones.

Afuera, la noticia no cayó bien. Y anoche, al cierre de esta edición, 20 diputados del PJ -oficialistas y rebeldes-, y empleados administrativos seguían encerrados en la Legislatura; temían salir. Desde adentro, el diputado Jorge González dijo a LA NACION que estaban esperando que la gente se calmara.

Hubo un solo herido: un policía que recibió una pedrada en un ojo.

La decisión de no tratar las paritarias enojó a los estatales. "Con esta actitud, el Frente para la Victoria no hace más que demostrar que son ellos quienes no quieren el diálogo", sostuvo Alejandro Garzón, titular de ATE- Santa Cruz.

Por Mariela Arias
Para LA NACION

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