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Accionar de la policía y sus consecuencias

A QUEMARROPA

Ayer a la mañana la policía de la provincia actuó con total alevosía sobre los trabajadores desarmados y que pacíficamente se desplazaban por las calles. Cualquier argumento es endeble ante la desproporcionada demostración de fuerza que hizo el jefe de Policía con los Municipales. Hubo fuego intencional para causar daños serios y peligro de encontrarnos con un nuevo Fuentealba o un Las heras 2. La irresponsabilidad de los funcionarios provinciales fue aún más allá cuando pocas horas después en los canales oficiales mentían infantilmente para ocultar su falta de criterio y su proceder criminal.

Pocas horas después de los graves incidentes ocurridos ayer miércoles cuando la policía reprimió a los trabajadores de la Municipalidad de Río Gallegos, las más descabelladas justificaciones se escucharon de boca de los funcionarios actuantes por los medios abonados por el gobierno.

Entre las barbaridades que dijeron está por ejemplo la que expresó el Comisario Wilfredo Roque quien para justificar que la policía no había disparado contra el pie de Miguel Angel Aranda, señaló que el trabajador se había perforado el miembro inferior con una barreta (¿?).

¿Por qué mienten?

Como nosotros teníamos perfectamente descrito el suceso de cómo le volaron virtualmente los dedos al empleado de la Municipalidad, profundizamos la búsqueda de los elementos que dieran apoyo a nuestras sospechas y es así que encontramos el lugar donde el efectivo le disparó sobre el botín a muy corta distancia (vereda en la esquina de Urquiza y San Martín), despedazando el calzado y llegado a cortar los ligamentos en sus dedos, que lo pone en serio riesgo de perder algunos de ellos.

Como testimonio mudo y elocuente del hecho queda el enorme charco de sangre que fotografiamos minutos después, donde la sangre era lavada por la lluvia que había comenzado a caer.

De todos modos queremos desmentir las noticias de algunos medios nacionales que daban cuenta que al trabajador le habían amputado tres dedos. Eso no es así y aquí mismo ponemos a disposición de los lectores las radiografías del pie y luego la del paciente en recuperación, donde se advierte que si bien posee seriamente comprometido sus dedos e inclusive tendría en el futuro dificultad para caminar, por el momento los médicos han logrado rearmar los huesos y salvarlo de la amputación.

Obsérvese que el zapato que usaba Aranda tenía puntera de acero y asimismo quedó destrozado. Por otra parte el salvaje ataque se perpetró a corta distancia e indudablemente que fue un ataque ex profeso, dado que el disparo preventivo o disuasorio (de ser con balas de goma) se debe efectuar al aire y en un ángulo suficientemente cerrado, como para no alcanzar a la gente. Si el disparo es directo, no debe ser efectuado a menos de 30 o 50 metros porque los perdigones de goma, a menor distancia, rompen los tejidos y ocasionan heridas que pueden terminar con la vida de una persona.

En cualquiera de los casos los disparos deben ser efectuados de la cintura para abajo y ayer la policía disparó a mansalva, a corta distancia, al torax y a la cabeza, como se desprende de las fotos exclusivas que mostramos, obtenidas en la sala misma de emergencias del hospital regional.

De todos modos y según lo determinó la propia Dra Alicia Campbell quien ante la falta de información oficial salió al pasillo del nosocomio e informó que en el caso de Aranda se había usado munición de plomo, queda claro que el ataque a este trabajador si no fue premeditado al menos alguien aprovechó la coyuntura para provocarle un daño físico con propósito de invalidarlo.

Por haber dicho que se trataba de una munición de plomo, hoy la Dra Campbel enfrenta un sumario administrativo que le inició la Dirección del Hospital que ayer se negó a dar un parte médico como hubiera correspondido.

Tirar a “bocajarro”

Otros trabajadores recibieron impactos directos de munición de goma en el torax y en las piernas. Les pedimos a nuestros lectores que adviertan el grado de concentración de los perdigones de goma en la pierna de la víctima, los cuales se encuentran acotados a un radio de no más de 6 u 8 centímetro. De acuerdo a las averiguaciones practicadas en el curso de nuestra investigación resulta que esto es prueba evidente de que el disparo fue realizado a muy corta distancia, pues justamente las escopetas poseen una dispersión muy grande para evitar, precisamente, que la munición de goma llegue concentrada y produzca heridas graves.

Al no tener prácticamente “choque” el cañón de las Itakas, es decir, no disminuír el diámetro en la boca del cañón para permitir un mayor agrupamiento de la munición, las postas de goma a los 6 o 7 metros ya alcanzan un diámetro de 25 a 30 centímetros y a medida que van más lejos se separan aún más. Es por ello que si la munición se la dispara a 30 o 50 metros, el impacto de estos perdigones son prácticamente inofensivos o pueden ocasionar enrojecimiento de la piel, simplemente.

En cambio si se la dispara a muy corta distancia, cuando aún la munición no ha logrado dispersarse, el cuerpo recibe una cantidad de “postas” concentradas y a gran velocidad que puede llegar a herirlo gravemente o inclusive matarlo a la persona que reciba el disparo.

Otras heridas producidas en el torax de algunos manifestantes dejan claramente expresado que los disparos tenían como objeto primario dañar e inclusive los tiros en la cara demuestra que no hubo de parte de la policía la mínima reserva por cuidar la integridad de las personas sobre las cual se disparaba.

¿Y los responsables?

Al frente del operativo estuvo el Crio Wilfredo Roque, los efectivos actuaron bajo órdenes expresas y bajo el paraguas político del Ministro Varizat, Roque Ocampo y el propio Sancho. La pregunta que ahora se instala es si se van a entregar a los responsables de este accionar desmedido, si el jefe de Policía va a renunciar, si como correspondería el gabinete asumirá la responsabilidad y presentará si dimisión a pleno y si algún Juez tomará a su cargo la investigación de estos hechos tratando de llegar rápidamente a clarificarlos o bien se seguirá en la misma línea de cubrir todo con un manto de impunidad.

Estas cuestiones van a ser materia pendiente para el nuevo gobierno que se forme en la provincia con la renuncia de Sancho y la asunción de Daniel Peralta. Nadie va a tener excusas para hacerse el distraído, ni el gobierno nacional ni el provincial. Estos hechos deben ser clarificados y los responsables castigados. Ésta es ahora la otra demanda que se instala en la sociedad santacruceña y a la que el poder político deberá dar respuesta.

Si la intención (o la estrategia) del presidente es distraer la atención de estos difíciles momentos acercando “aire fresco” a una administración jaqueada por su propia ineptitud, a través de un recambio de hombres sin variar las políticas de base, no lo va a lograr porque la gente maduró lo suficiente como para no dejarse engañar tantas veces.

Esta es la otra parte de la historia que hoy comienza a escribirse en Santa Cruz. (Agencia OPI Santa Cruz)