lunes, 7 de mayo de 2007

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Bombarderos oficiales

LA OFENSAS GRATUITAS Y PELIGROSAS DEL MINISTRO
Es notable la vocación por autoinmolarse que tiene el gobierno, dejando en manos de los bombarderos locales las réplicas a la Iglesia fuera del marco del respeto básico de las instituciones y las personas. Los ataques de Varizat al Obispo Romanin ha tenido, como todo lo que potencia el gobierno, una trascendencia nacional.

Que el presidente se pelee con un Obispo no está bien, pero es el presidente, es quien maneja la política oficial y en cierta manera como “dueño de la pelota” puede hacer y deshacer el discurso a su criterio y buen entender ajustándolo a las estrategias políticas que tenga.

Pero que los cuatro de copas salgan a ofender la imagen pública de la máxima autoridad eclesiástica en la provincia y desde los panfletos propagandísticos del gobierno que nadie lee y los espacios televisivos de sus personeros que nadie mira, se intente bajar un mensaje de poca calidad, denigratorio de una institución tradicional como es el Obispo, es realmente de una falta de tacto tan grande que sorprende y asusta.

Las palabras del Ministro Varizat sobre Juan Carlos Romanín tienen la particularidad de encender la chispa enfervorizadora del rechazo, sea uno católico no, porque en el fondo lo que se traduce es una reacción del autoritarismo ante el miedo al discurso diferente que confronte la falacia de las acciones del gobierno con la realidad que los circunda. (Escuche el audio AQUÍ)

Indudablemente que Kirchner tiene en los funcionarios locales y algunos políticos de menor monta que salen a hablar de cualquier cosa y firman lo que les ordenen para granjearse el favor del Jefe, los mejores Radicales del justicialismo.

Le están quemando el cajón de Herminio en las puertas misma de su casa en Río Gallegos y el presidente no solo no lo ve, síno que pareciera que los alienta.

Estos funcionarios, los medios que le sirven de canal y los que creen que defendiendo el modelo a ultranza lograrán mejoras personales, lo llevarán a un desastre en las urnas de octubre en Santa Cruz, con el agravante que ni siquiera va a necesitar ganarle la oposición, simplemente va a perder el oficialismo. (OPI Santa Cruz)

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