195

LA COLUMNA DE "DON PEDRO DEL AREA"

ENTRE ORWELL Y EL KIRCHNERISMO

En ese afán de navegar por internet en búsqueda de información y noticias, tropecé con una frase de George Orwell, escritor inglés del siglo veinte, autor de, entre otras obras, Rebelión en la Granja y 1984, que bien puede referirse a la actualidad que vivimos: “En épocas de engaño generalizado, decir la verdad es un acto revolucionario”.

Podría aparecer muy exagerado transpolar esta frase, escrita en referencia al comunismo estalinista de la época, a un presente en la Argentina donde ejercemos una democracia formal, donde estamos muy lejos de las persecuciones ideológicas existentes en la Unión Soviética de entonces, donde no tenemos un Archipiélago de Gulag donde van a parar los disidentes o las redadas en masa de todos los que se opongan al régimen con la consiguiente desaparición de muchos de ellos. Pero hoy están ocurriendo hechos que me hicieron pensar en una cierta similitud a lo planteado por Orwell.

Vivimos en un engaño generalizado. Los índices que refleja el INDEC con referencia a la inflación son absolutamente engañosos. Basta con ir todas las semanas a un supermercado y sufrir los constantes aumentos de precios que superan ampliamente los valores que pretenden hacernos creer. Hay crisis energética que el gobierno se empeña en ocultar. La inseguridad es un tema no resuelto y en aumento, constantemente negado por el poder. Nos hacen creer que hay políticas agropecuarias y el campo acaba de producir un paro inédito donde todos los sectores productivos protestaron, precisamente por la falta de políticas para el sector. Viajar en la Argentina, en cualquier medio de transporte, es asumir riesgos y aceptar tratos inhumanos que el gobierno minimiza. La educación ha colapsado y nos quieren hacer creer que una nueva ley, supuestamente consensuada en dos meses con todos los sectores, será la solución mágica. El lamentable estado de los hospitales públicos es un tema del cual las autoridades del sector no hablan ni dan explicaciones. Cualquier reclamo es solucionado con subsidios que esconden los problemas pero no los soluciona. Los actos de corrupción que se denuncian son ignorados y nunca investigados.

En el salón blanco de la Casa Rosada todas las semanas, cada dos o tres días, se hacen rimbombantes anuncios que pocas veces se concretan en hechos y en muchos casos terminan siendo mentiras. Basta recordar los famosos préstamos que nos harían a todos propietarios de la ansiada vivienda.

Como nunca antes había ocurrido, los exegetas del Presidente salen literalmente a insultar a todos aquellos que osan opinar distinto o a los que critican alguna medida del gobierno.

Los periodistas y medios críticos son públicamente denostados por el propio Presidente y perseguidos de distintas maneras. Hace poco leí unas declaraciones del subsecretario de Medios de Comunicación de la Nación, Gabriel Mariotto, que dejan totalmente al descubierto y con sorprendente sinceridad, cuales son las pretensiones del gobierno con respecto a la prensa y los periodistas: “Tenemos un Presidente que nos dignifica, por eso estamos forzando a que los medios de comunicación empiecen a hacerse eco de las expresiones de la sociedad”, y agregó: “Los medios deben estar ligados al compromiso militante”.

Definitivamente, “Decir la verdad es un acto revolucionario” y los revolucionarios suelen ser pocos.