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El gremio profundizó su lucha; no dictará clases la próxima semana
Ayer, el gobierno provincial había convocado a una conciliación obligatoria con el gremio docente, pero en sólo tres horas la dejó sin efecto y echó a la funcionaria que la había dictado, la subsecretaria de Trabajo, Elsa Capuccinelli. La crisis ahora parece no tener retorno.
Con el recuerdo de los cacerolazos de 2001, que terminaron con el gobierno de Fernando de
Con tapas de ollas, cucharas y velas, personas de todas las edades que no se habían visto en marchas anteriores caminaban ayer por la calle Roca en dirección de la gobernación. No todos sabían dónde era la convocatoria y el “boca a boca” empezó a circular. “¿Dónde hay que ir?”, se preguntaba una señora, con su nieta de la mano.
Muchas familias con niños decidieron anoche apoyar el reclamo de los docentes. Todo aquí parece indicar que el cacerolazo se perfila como el comienzo de una nueva era. Hasta ahora, incierta.
Mientras sonaban las cacerolas, grupos de manifestantes realizaron un escrache ante la casa del gobernador Carlos Sancho, que estaba rodeada de policías y de gendarmes.
Ayer, durante algunas horas, el diálogo entre el gremio docente –en conflicto desde el 5 de marzo– y el gobierno provincial parecía una posibilidad cercana. Fue cuando, en horas de la tarde, una cédula de
La decisión fue rubricada por la subsecretaria de Trabajo, Elsa Capuccinelli. Esa fue la última firma de la funcionaria: horas después, mediante el decreto provincial 1100/07, fue echada del gobierno santacruceño, según lo informó anoche la oficina de prensa del gobierno de Sancho.
Capuccinelli, de larga trayectoria en el gremio judicial, había comenzado durante la gobernación de Sergio Acevedo. Pese a las insistentes llamadas de
Capuccinelli había exhortado a la apertura del diálogo "para negociar los temas sobre los cuales había diferencias y contribuir de esta manera a la paz social y a mejorar el marco de las relaciones laborales en el ámbito de la educación provincial".
La primera reunión estaba fijada para mañana, a las 14, en
"Este gobierno es un mamarracho, no da garantías constitucionales. En menos de tres horas nos convocan a una conciliación obligatoria y ahora nos llegó la contraorden", anunció Pedro Muñoz, titular de
A
"Nos acaban de notificar que la conciliación obligatoria quedó sin efecto, es un desmanejo en el que estamos todos los santacruceños, nos metieron a los maestros en la interna del Partido Justicialista", afirmó Muñoz durante una conferencia de prensa convocada de urgencia en
El gobernador Carlos Sánchez sólo les habló a los santacruceños por medio de la disposición 351/ST, por la cual designó a Mangione como el nuevo jefe del área de Trabajo, en reemplazo de Capuccinelli y suspendió la conciliación obligatoria.
Según el decreto del gobernador, la conciliación obligatoria quedó suspendida por ser "extemporánea y abstracta", por cuanto fue dictada con posterioridad a las medidas de acción directa que fueran notificadas por
"Usan argumentos falsos e inválidos", respondieron desde el gremio docente al cuestionar las decisiones tomadas por el gobierno provincial.
Más protestas
Ante la contramarcha del gobierno santacruceño, los docentes anunciaron un nuevo paro de actividades de cinco días a partir de mañana, y convocaron a un cacerolazo en todas las localidades de la provincia.
Casi en el mismo momento en el que las bocinas habían empezado a sonar, el gobierno santacruceño, por medio de un comunicado oficial, hizo un "llamado a la paz social en la provincia", y planteó que "las diferencias gremiales o políticas no se pueden dirimir con este tipo de actitudes, la sociedad santacruceña es sabedora que actos de violencia, destrozos o quema de vehículos, ataques a domicilios, comercios, no son parte del hacer propio del pueblo santacruceño".
Por el volumen de la protesta, pocos lo habían escuchado en Río Gallegos, en Río Turbio y en Caleta Olivia, donde los cacerolazos se hicieron sentir fuerte.
Por Mariela Arias
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