domingo, 15 de abril de 2007

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Sancho-Varizat-Ocampo, abstenerse

SOLUCIÓN MARGARITA


¿Qué va a pasar en Santa Cruz si no pasa nada?. Esa es la cuestión fundamental que debe resolver el gobierno nacional para sacar del atolladero a la provincia de la inédita crisis en que la han metido años de políticas estáticas en materia de atención salarial. Aún quedan algunas posibilidades para evitar un daño mayor. Sin embargo una de ellas suena muy adecuada para resolver varios problemas a la vez, inclusive el lanzamiento de la campaña a la gobernación que hoy por hoy, en este contexto social le impide a Alicia Kirchner pensar en hacer proselitismo.

El conflicto gremial y social en Santa Cruz no es de fácil resolución porque principalmente el gobierno ha caído presa de su propio discurso, al señalar que nadie lo extorsiona y que no negocia con ADOSAC (y ningún otro gremio, en honor a la verdad)

Por otro lado los gremios se han fortalecido con el apoyo popular pero tampoco les interesa ni les conviene llevar el conflicto indefinidamente.

El aparato político enfrenta otro problema muy grave, consecuencia de esta situación: la pérdida del año lectivo por parte de los chicos. Otra vez debería recurrir al decretazo para promocionar a los alumnos, una medida que es extremadamente antipopular y que en definitiva pondría de manifiesto que no ha podido manejar la crisis de la educación en la propia provincia del presidente.

Esto precisamente en un año electoral no es lo más conveniente que le podría pasar.

Sin embargo, aún queda un corto tiempo en el que las cosas se pueden arreglar. Para ello primero hace falta un sinceramiento de las partes, trazar una línea imaginaria, deponer actitudes y rescatar una nueva voluntad de los docentes de brindar otra oportunidad al diálogo y por supuesto se hace imprescindible que el gobierno de la provincia se decida a entablarlo.

Si esto sucediera, cosa que a esta altura me parece algo difícil más aún luego de las expresiones incendiarias de los Ministros Varizat y Roque Ocampo, el gremio podría pactar los salarios caídos o descontados por una restitución de los días de clases no dictados y de allí para adelante abrir una negociación sobre los salarios de base, mediante un cronograma de negociación a la vez que se recompone el aparato educativo que ha sido tan afectado por la crisis.

¿Quién y cuándo?

El otro gran problema es quién, dentro de la administración provincial, está en capacidad para llevar adelante un diálogo que es minado permanentemente por expresiones desafortunadas de los funcionarios que no aciertan a mostrar un perfil más conciliador que es en definitiva la base de la negociación política en cualquier orden de la vida.

Silvia Esteban ha resultado muy desgastada en todo este tiempo mediante la exposición permanente, por la responsabilidad que le cabe desde lo institucional y porque prácticamente los lazos comunicacionales con las bases docentes están cortadas.

Roque Ocampo y el Ministro Daniel Varizat no puede acercarse a una mesa de diálogo porque los ataques que han efectuado al espectro docente en su conjunto, las palabras inconvenientes que han vertido en distintos diálogos con medios oficialistas y los ataques verbales que de su parte fueron objeto los gremios, especialmente el docente a quien el propio Varizat llegó a acusarlos de autoatentar contra sus intereses para culpar a la dirigencia política de Santa Cruz; hace prácticamente nula las posibilidades que estos dos sectores dialoguen y negocien por su intermedio.

Carlos Sancho y Juan Bontempo no tienen peso específico ni protagonismo en esta instancia y la Subsecretaria de Trabajo Elsa Capuchinelli se incineró como funcionaria al desmentir en público lo que aseguró en privado, cuando le pidió telefónicamente a Pedro Muñoz una reunión y le ordenaron desatar el nudo al enterarse más arriba que el propio sindicalista lo estaba anunciando con bombos y platillos a la prensa minutos después.

Por lo tanto la única acción posible de parte del gobierno nacional es cambiar íntegramente el gabinete incluyendo a Sancho, cosa impensable si uno entiende que deberían producir otra crisis institucional. “Enfermar” al Vicegobernador para reponer en su lugar a la Presidenta 1º de la Cámara Judith Fortsman, cuestión que además de desprolijo sería inocuo, porque la legisladora no es aceptada ni querida por las bases de los gremios y en la última sesión del a Cámara de Diputados quedó demostrado. Y otra opción es colocar un remiendo político que actúe por sobre todos los nombrados, con mandato del presidente y plenos poderes para accionar.

¿Y Quién nos podrá salvar?

Pero ¿Cómo intervenir sin que parezca una intervención?. El recurso podría ser la propia Alicia “Margarita” Kirchner que llegaría a “intermediar” entre el gobierno y los gremios habida cuenta que la hermana del presidente goza de un ganado prestigio como trabajadora permanente en la provincia, aunque no la favorezcan demasiado las postulaciones políticas.

Sería posible, entonces, que la Dra Kirchner se acoplara de alguna manera como “amortiguador” entre las dos puntas en conflicto y lograra abrir otro tipo de diálogo que de todas maneras seguiría condicionado por las cuestiones salariales, las jerarquizaciones, el aumento al básico, el reconocimiento de las sumas en negro etc, pero su conocimiento del problema social en Santa Cruz, incluyendo el hospitalario, la acercaría más a una solución que a cualquier otro funcionario provincial o nacional.

Esta estrategia no sería descabellada ya que si el ingreso de Alicia al escenario provincial se hace teniendo en cuenta su rol como Senadora por la provincia, sería perfectamente compatible, podría inclusive obtener rédito extra para insertar su campaña política que en este contexto social es muy difícil que pueda largar en Santa Cruz y de hecho la está retrasando.

Alicia Kirchner tendría, entonces, por un lado el manejo total y exclusivo de la administración provincial, podría canalizar dinero desde nación para solventar algunos conflictos que amenacen las elecciones del octubre y de paso, haría su campaña a la gobernación desde las entrañas mismas del gobierno provincial con todo el aparato financiero y decisorio a su disposición, sin necesidad de exponerse por afuera en campaña proselitista, situación que por el momento se le aparece como poco recomendable.

Es decir que el gobierno nacional podría enviar a un emisario de estas características para poner orden donde los que están no lo pueden asegurar.

¿Realidad o ficción?. Una respuesta que solo tiene el presidente que puede elegir entre evitar que los santacruceños caminen por un campo de espinas o sembrarlo de margaritas. (Agencia OPI Santa Cruz)

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