domingo, 13 de mayo de 2007

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Santa Cruz (2): Ante la crisis, Kirchner prepara más populismo pero comienza otra semana de huelga y descubren malos antecedentes de Peralta

El fácil año electoral sólo quedó en la fantasía de quienes frecuentan la Quinta de Olivos. Esto va más allá de la nueva semana de paro docente que comienza el lunes 14 en Santa Cruz y que puede sepultar a Daniel Peralta, el flamante gobernador que hizo todo mal en 48 horas. El escenario se ha complicado para los Kirchner. Ellos prefieren imaginar complots en vez de realizar un objetivo diagnóstico de la crisis. Sus propios errores los están sepultando. Pero, al parecer, apelarán a agitar lo que creen son sus bases: la gente que menos tienen y a la que más le han quitado. Aqui algunos comentarios dominicales.

Néstor O. Scibona en La Nación:

"El inesperado desenlace de la crisis política en Santa Cruz hizo reaccionar a muchos funcionarios del gobierno nacional que imaginaban el tránsito hacia las elecciones presidenciales de fin de octubre como un plácido paseo por un paisaje de buenas noticias económicas.

Las evidentes sobreactuaciones y contradicciones en que incurrió la Casa Rosada demostraron que la protesta santacruceña estaba fuera de los cálculos de un gobierno reacio a asumir costos políticos, y mucho menos en la provincia más emblemática del oficialismo.

Todo lo que era justificable en Neuquén había pasado a ser injustificable en Santa Cruz. No sólo eso: tampoco estuvo preparado a la hora de despejar las sospechas de corrupción sobre el destino de los sobreprecios facturados por Skanska. Simplemente porque el sistema de licitación, financiación y control de grandes obras de infraestructura, como se comentó en esta columna la semana pasada, se presta para cualquier desvío de fondos.

Probablemente, estos episodios no lleguen a alterar el plan de cortísimo plazo aplicado por Néstor Kirchner, que consiste en poner plata en el bolsillo de los votantes para asegurar al oficialismo un triunfo electoral en primera vuelta, mientras se camuflan otros problemas económicos, como la inflación o la escasez de energía.

Sin embargo, tuvieron la particularidad de colocar al Gobierno a la defensiva ante la porción de la opinión pública -aparentemente minoritaria- que suele preocuparse por este tipo de convulsiones político-institucionales.

Ahora, la necesidad de retomar la iniciativa tal vez obligue a Kirchner a apurar otras dos jugadas preparadas de antemano para la campaña electoral:

> el aumento del salario mínimo vital a $ 1.000 y

> un nuevo ajuste en las jubilaciones, para aprovechar la afluencia de fondos adicionales generados por la reforma previsional en marcha.

La fecha de estos anuncios estaba programada para después de las elecciones porteñas, como compensación del traspié que auguran las encuestas para el oficialismo.

Si estas medidas en carpeta apuntan a reforzar el apoyo de la CGT y de los jubilados, el Gobierno tampoco descuidó la alianza con los industriales de la UIA.

Pese al ruidoso enfrentamiento con el grupo Techint, se encargó de ratificar ante la nueva conducción de la entidad la continuidad del tipo de cambio alto como uno de los ejes de la política económica.

La misma premisa está incluida en el denominado Plan Productivo Nacional, abundante en objetivos estratégicos de los cuales no se puede discrepar, más que en instrumentos de mediano y largo plazo.

Aunque este voluminoso documento deja a un lado las distorsiones que se acumulan en el manejo de la política económica de corto plazo, tiene la virtud de mirar hacia el futuro antes que referenciar todos sus enunciados a la crisis de 2001/2002.

Sin embargo, su falta de precisiones instrumentales equivale a entregar la mitad de un billete ahora y dejar la otra mitad para la agenda poselectoral. En este sentido, y para reforzar el concepto de fomento productivo, hay funcionarios que anticipan que una de las ideas del oficialismo para 2008 sería volver a desdoblar la cartera económica en un Ministerio de Hacienda y otro de Producción. (...)"


Joaquín Morales Solá en La Nación (¿no es increíble que Néstor Kirchner le diga que tiene expectativas en que monseñor Juan Carlos Romanín lo ayudará a resolver la crisis en Santa Cruz, y aparezca Cristina de Kirchner afirman que no le gusta que se mezclen política y religión? Es de antología):

"El sol cae al sesgo en los jardines de Olivos. Es una bella tarde otoñal. Aquí estoy en familia, más tranquilo, dice el Presidente. Una enorme ventana, a sus espaldas, deja entrar el espectáculo de árboles y de plantas. Santa Cruz le duele, pero no lo confiesa. Kirchner nunca confiesa sus sentimientos. Allá se perdió el diálogo, explica, y agrega: Sancho es una buena persona, pero no entiende la política.

(...) La condición indómita de los santacruceños, tercos y arrebatados, a veces, revolotea en las palabras de Kirchner. Recuerda: Una vez, cuando era gobernador, tuve que bajar 300 metros en una mina para rescatar a Víctor De Gennaro. Los mineros lo habían secuestrado.

¿Cómo explica la rebelión en esa tierra de frío, conspiraciones, viento y anarquía? Santa Cruz es una novedad ahora porque yo soy presidente. Pero en el Sur somos todos anarquistas. Yo también. Son gente dura, curtida. El Sur es así. Y yo no fui una excepción como gobernador. A mí también se me sublevaban cada dos por tres.

(...) Ustedes me conocen poco. Yo pego un portazo, pero siempre dejo abierta una ventana para seguir hablando. Nunca dejo de hablar , explica. Por primera vez habla de su estrategia negociadora. Eso se presta a confusiones. Primero golpeo para ganar 20 metros y después abro la negociación. Ya tengo 20 metros en el bolsillo. ¿Creen que en algún momento dejé de hablar, por ejemplo, con el campo? Nunca, pero primero los arrinconé a sus dirigentes. ¿Es bueno? ¿Es malo? La opinión es libre, pero no pueden negar que mal no me fue.

Descifremos: cambió la estrategia en Santa Cruz. Encontró un límite y decidió respetarlo. Es, en última instancia, un servidor de los hechos. Tratará de modificarlos, si puede; si no, se someterá a ellos.

¿Por qué habla de una conspiración política en Santa Cruz cuando lo que aparece es un reclamo docente? Hay un reclamo docente. ¿Cómo negarlo? Pero hay también grupos de izquierda que resuelven todo en asambleas en las que compiten quién es más duro. Así no se llega nunca a nada. Y están los radicales. ¿Sabe qué querían los radicales? Adelantar las elecciones. Las elecciones de la provincia se harán junto con las presidenciales. Un candidato del oficialismo irá con un Kirchner y el radical irá con Lavagna. ¿A quién cree que votarán en Santa Cruz? Otra cosa sería si votaran lejos de las presidenciales.

¿Y el conflicto docente? Se harán algunas propuestas razonables ahora. Tampoco puedo desequilibrar la situación de los trabajadores con el resto del país. El nuevo gobernador es un negociador nato y tratará de buscar la ayuda del obispo. Yo siempre conté con la ayuda de los obispos de Santa Cruz para resolver los conflictos laborales. Monseñor Romanín se excedió un poco con sus palabras, pero es cierto que no había diálogo con él, y eso fue un error.

Río Gallegos es su tormento. Gallegos, le dicen los santacruceños. Los radicales o los peronistas ganan ahí la intendencia por menos de mil votos. La sociedad está dividida. Kirchner ha hecho muy poco por unirla. Fue diez años gobernador y sólo habló oficialmente dos veces con el intendente radical con el que convivió ocho años.

Ahora, encima, no cree en los números de los manifestantes que dicen los diarios de Buenos Aires. Asegura que los contó, fotografías mediante, casi uno por uno. Hay un grupo duro de unas 1.300 personas. Ellos están siempre. Son activistas fogueados. Fueron a pegarle con saña a la policía. La policía reaccionó; son personas como cualquiera. Pero nunca hubo diez mil personas. Jamás.

Los números son su obsesión. Por algo siempre trata de establecer la demanda de la gente común para luego precisar su oferta política. Confía en el nuevo gobernador, Daniel Peralta. ¿No era un negociador lo que pedían? Ahí está. Hace poco, el gobierno nacional se escandalizó por una información sobre un problema judicial en Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, que controlaba Peralta. ¿Por qué tanto escándalo? Ahora se sabe: estaban preservando la última carta política que le quedaba a Kirchner en su provincia.

La pregunta central se refiere a qué márgenes políticos tendrá Peralta. La oposición y los sindicatos se lo preguntaron a quemarropa al propio Peralta. Todos los márgenes. No me meteré en nada, afirma el Presidente. Sin embargo, a veces las palabras lo ponen al descubierto. Habla del gabinete de Peralta como si fuera el suyo.

(...) Cristina Kirchner desliza un solo concepto electoral. No le gusta que se mezclen la política y la religión. Este es un país laico y hemos hecho tal vez la única hazaña de llevarnos bien entre todas las religiones. No echemos a perder esa conquista mezclando política y religión, aconseja. (...)"


Eugenio Paillet en La Nueva Provincia, de Bahía Blanca:

"Dicen que al Presidente se le retuerce el alma al comprobar que Jorge Sobisch, quien carga con la muerte del profesor Carlos Fuentealba sobre sus espaldas, pudo arreglar con sus docentes y Neuquén desapareció de la tapa de los diarios nacionales. Y barrunta en privado sobre el daño mayor que la crisis santacruceña pueda haber provocado a las chances de por sí flacas de Daniel Filmus de meterse en la segunda vuelta electoral porteña.

(...) El Presidente --lo dicen no sólo observadores independientes, sino por lo menos media docena de funcionarios que trabajan en el primero y segundo niveles de gestión de la Casa Rosada-- es el único responsable de lo que pasó en Santa Cruz y de que las cosas hayan terminado de la peor manera para él: entregó la cabeza de un nuevo gobernador, comprometió las chances electorales para octubre en la tierra donde nació y acabó concediendo a los docentes un aumento del básico por el que se había negado sistemáticamente, al punto de casi incendiar la provincia.

También ordenó enviar un proyecto de ley a la Legislatura local para reponer las discusiones salariales mediante paritarias, que prohibió hace quince años, durante su primera gestión como gobernador. ¿Por qué no lo hizo antes, si no es que perdió el juicio y el olfato político, que no los ha perdido? "El 'Ruso' es así: odia que lo hagan laburar bajo presión", lo definió un "pingüino" que habita el ministerio de Planificación y que llegó con el resto de la tropa gobernante desde aquellas tierras del sur.

¿También es responsable Kirchner de la enfermiza andanada que lanzaron Alberto y Aníbal Fernández para destratar a los docentes y municipales, hasta el punto de acusarlos de autoherirse o clavarse barretas en los pies para dar lástima? "No, ésos son más papistas que el Papa. En todo caso, el 'Ruso' confió en lo que le contaban", abundó la misma fuente.

(...) En efecto, algunas facturas al cobro empezaron a esgrimirse en las últimas horas en el kirchnerismo puro contra quienes ellos consideran los verdaderos culpables de haber llevado al Presidente a semejante desgaste y a pagar enormes costos políticos, el peor de ellos comprobar con sus propios ojos, en un aparato de televisión, que la policía de Santa Cruz era la que reprimía salvajemente a trabajadores que demandaban mejores salarios. Justo él, que hizo de la no represión policial una bandera central de su gestión. Los dos Fernández, el ministro de Gobierno provincial, Daniel Varizat, el ex chofer y ahora dueño de medios Rudy Ulloa Igor y hasta un empresario patagónico que hace buenos negocios en casi todas las licitaciones que gana en Planificación, figuran en la lista. "Le armaron un diario de Yrigoyen", dicen. (...)

(...) Si no lo bajan a Héctor Roquel, como de hecho ordenó que salgan a pegarle en los talones, y si el intendente radical de Río Gallegos decide nomás, como parece, postularse como candidato a gobernador en octubre, es probable que los Kirchner terminen asistiendo al peor de los infiernos, que es perder Santa Cruz a manos de la oposición. No en vano la primera en advertirlo fue Alicia Kirchner, quien, en fuerte altercado de días pasados, le dijo a su hermano que, así como estaban las cosas, se olvidara de que ella pudiese asumir la candidatura. (...)"

Eduardo van der Kooy en el diario Clarín:

"(...) No había en Santa Cruz un sistema legislativo sucesorio que conformara las pretensiones de Kirchner para hacer frente al prolongado conflicto. Hubo que recurrir en la Legislatura a varios enjuagues —entre otros la renuncia de la presidente, Judith Fortsman— para cederle el timón provincial a un diputado con licencia, Daniel Peralta, que desde hacía años estaba ocupado en otros menesteres.

La comparación entre Peralta y Sancho es otra evidencia de los saltos que da Kirchner cuando la realidad lo apremia. Sancho fue siempre un desconocido político que trepó un escalón de poder por la amistad que su padre —ex funcionario durante la dictadura— tuvo con el Presidente. Quiso gobernar en soledad y el traje que se calzó le quedó inmenso. Peralta es un viejo militante peronista, que viene del tronco sindical y tuvo algún cargo público (subsecretario de Trabajo) en tiempos de Kirchner gobernador.

Peralta siempre frecuentó el universo político de Santa Cruz. De hecho sus primeros pasos tuvieron que ver también con su historia. Lo primero que hizo fue hablar con Juan Carlos Romanín. El obispo de Río Gallegos es protagonista clave en el pleito de docentes y estatales. Peralta lo trató mucho desde que arribó a la provincia y estuvo con él en las minas de Río Turbio. Gerenció ese yacimiento desde la tragedia del 2004 en que murieron por un incendio y un derrumbe 14 obreros. Se encontró además con el intendente de la capital, Héctor Roquel. Tendió un puente rápido con la oposición a través del senador radical Federico Martínez.

¿Será suficiente? El humor general apenas cambió en Santa Cruz, como lo demuestra la agresión incalificable que sufrió ayer Alicia Kirchner. La crisis sigue intacta. ¿Tendrá Peralta el poder y la autonomía para hacer en la provincia lo que haya que hacer en pos de una solución? Kirchner le dio margen, quizás asustado por el desmadre político y también quizás persuadido por el informe de Carlos Zanini. El secretario Legal y Técnico, que hizo el enroque institucional para ungir a un nuevo mandatario, conoce como pocos el pulso de Santa Cruz y advirtió una taquicardia popular que no había visto por décadas en esa tierra.

La experiencia de estas semanas empezarían también a dejar trascender otra lección. Kirchner pudo haber sido un eficaz gestor en Santa Cruz y autor de una estabilidad política —mientras él estuvo— que la provincia pocas veces exhibió. Pero estaría quedando demostrado que no supo o no quiso construir un sistema que logre sucederlo. El Presidente añora un poco a Acevedo aunque añora mucho más a Héctor Icazuriaga, ahora en la SIDE, que completó el último período de Kirchner. Peralta será capitán de tormentas, pero las elecciones están a la vuelta de la esquina.

Afloran las carencias. Kirchner no dispone de otro candidato con chances reales de victoria que no sea su hermana, Alicia. Los hombres de la actual administración resultaron incinerados por el conflicto. No asoma una sola flor en el jardín del peronismo provincial. Se impone sólo la impronta del apellido Kirchner. ¿Será la ministra, al final, la candidata? Tiene la voluntad de serlo, al margen de la excitación social de estos días. Pero habría que observar también con qué habilidad consigue Peralta conducir el conflicto a un puerto seguro.

La situación política en Santa Cruz se proyecta sobre el horizonte nacional. Cristina Fernández se sigue entrenando para ser la candidata en octubre, aunque Kirchner quiere mantener la incertidumbre: "No está dicha la última palabra", alardeó en una reunión de pocos y con la complicidad de su mujer. La pareja estará en Mendoza el 25 de mayo para celebrar la fiesta patria y los cuatro años de poder. Estará también Julio Cobos, el gobernador. Será la primera fotografía de la posible fórmula. Cobos permanece en los planes del Presidente pese a los disturbios que padece su gestión por la inseguridad. (...)"

Jorge Lanata en Perfil:

“(...) Peralta saltó desde su sillón en el yacimiento, canceló su licencia como legislador, volvió a la uniCámara de Santa Cruz, forzó la renuncia de la sucesión natural del gobernador, la vicepresidenta del cuerpo, logró mayoría automática y, finalmente, fue electo.

Todo en un trámite que duró menos de veinticuatro horas y que pudo lograrse gracias a un llamado telefónico del presidente K el miércoles a la noche, de su celular al del jefe de la SIDE, Héctor Icazurriaga:

—Chango, decile a Peralta que venga para Olivos. Se va Sancho. Y el Chango fue y le dijo. Peralta, que llevaba entonces dos días parando en la casa de Icazurriaga en Buenos Aires (una manera de permanecer “en boxes”), llegó a Olivos antes de la medianoche. Alberto F fue, esta vez, el último en enterarse: por eso los diarios del jueves todavía insistían en que no iba a haber recambio alguno.

A la una de la mañana, el gobernador “electo” (por el Presidente) se comunicó en Río Gallegos con el obispo Romanín: luego de disculparse por la hora, le comunicó la buena nueva, invitándolo a su acto de asunción. Romanín se excusó, amablemente:

—Justo ese día tengo un viaje programado –le dijo.
Lo que el Gobierno insiste en presentar como el final de la batalla de Santa Cruz no parece percibirse así por parte de la población: aunque hay quienes le reconocen a Peralta mayor “cintura política” que la de Sancho y se congratulan con la renuncia del ministro Varizat, no olvidan que el conflicto de la provincia trascendió hace mucho el salario docente.

¿Por qué una provincia con 1.480 millones de pesos de Presupuesto para doscientos mil habitantes, con seiscientos millones destinados a obra pública y una cifra incierta entre 500 y 1.000 millones de dólares navegando entre Suiza y paraísos fiscales, que recibió 2.500 millones de pesos en los primeros tres años de gestión K, está en crisis?

“Crisis, ¿qué crisis?” Hasta hace pocos días, el Gobierno nacional se negó a ver, en Santa Cruz, lo evidente. Mientras el saliente gobernador Sancho pescaba en La Buitrera y las calles de Río Gallegos se llenaban de una masa muy heterogénea de ciudadanos descontentos, la administración K insistía en responsabilizar a la prensa por la difusión de “conflictos menores”.

(...)

Luego de que el asesinato de Sayago y la polémica sobre el eterno retorno de los fondos alejaron a Acevedo del Gobierno provincial, el agente inmobiliario Carlos Sancho se hizo cargo de un poder virtual manejado desde Buenos Aires. De hecho, mantuvo a la mayoría del Gabinete ya designado desde la Capital, y agregó algunos adscriptos de último momento.

Sancho es hijo de un intendente de la dictadura y está casado con una docente, María José Fernández Clark, quien figura como socia de Máximo Kirchner y Osvaldo Sanfelice en la inmobiliaria que administra las propiedades K.

María José es, a la vez, asesora del diputado Daniel Peralta, quien nunca llegó a asumir su banca, excepción sea hecha de los minutos en los cuales fue elegido gobernador.

El renunciante Daniel Varizat –ex subsecretario general de la Presidencia devenido en ministro de Gobierno de Sancho– es maestro mayor de obras, fue director de Mantenimiento de la Gobernación durante la dictadura y secretario de Obras Públicas de la intendencia K, hasta que se le derrumbó un hotel de tres plantas que estaba construyendo por haber usado vermiculita para aligerar las lozas.

Varizat, uno de los personajes más odiados por los docentes en conflicto, pasará a la historia de la semántica santacruceña por decir “comisería” en lugar de comisaría y “renumerativo” por remunerativo, sin excepción, en todas sus declaraciones.

Fue Varizat quien, sin hesitar, aseguró después de la pasada represión que “el obrero municipal que dice haber sido herido en el pie se clavó a sí mismo una barreta de metal para simular un disparo”.

Juan Bontempo, ministro de Economía, es uno de los sobrevivientes heredados desde la gestión Acevedo, a la que aterrizó bajo el ala de De Vido. “Juancito Caminador” (así lo llaman) tuvo la imprudencia de firmar el pasado diciembre dos decretos tan evidentemente ilegales que fueron observados por el presidente del Tribunal de Cuentas, Mario Layún, primo del presidente K.

En uno de los decretos Juancito le transfería al Banco Nación la liquidación de haberes de toda la administración pública, un negocio de doce millones al año que viola varias normas provinciales y el hábeas data, y en el otro le entregaba al Banco, en sociedad con Siemens, toda la operatoria de la Dirección de Rentas.

De esto, también, hablan los cacerolazos.

(...)

El comandante de Gendarmería Jorge Ayala fue el mismo que cuestionó hace algunas semanas la orden de desalojo de las carpas de la protesta frente a la Casa de Gobierno en Río Gallegos. En verdad, Ayala mantuvo su posición de esperar la orden del juez, lo que motivó el enojo del Presidente.

La vendetta llegó de Olivos después del incidente del camión: Ayala fue sustituido por Roberto Caserotto, uno de los felices propietarios de tierras fiscales en El Calafate, quien desembarcó junto a trescientos gendarmes. Lo de Caserotto, en realidad, era un retorno: ya había tenido destino en Río Gallegos, de donde tuvo que salir en 2005 después de chocar en estado de ebriedad contra una columna de alumbrado.

El viernes 4, cuando ya no estaba de turno el fiscal Andrés Vivanco, Varizat solicitó ante su par Gabriel Giordano (denunciado por empleados de la Justicia por atender negocios privados de la pesquera Conarpesa) estando de turno el juzgado de Santiago Lozada (ex yerno de Alicia K) el desalojo de la Carpa Blanca.

El lunes 8 de mayo, con el tándem judicial K funcionando a pleno, unos 250 gendarmes, bajo las órdenes de Caserotto, se lanzan sobre una manifestación espontánea de docentes que protestaban por la conciliación obligatoria decidida en Buenos Aires; Ernesto Velázquez, el secretario general de Adosac, recibió un golpe en la cabeza con la culata de un fusil lanzagases.

A las dos de la mañana, la preocupación judicial se orientaba hacia otro lado: el fiscal Giordano abrió el despacho del Ministerio Público a Máximo Kirchner para denunciar daños y violación de domicilio.

A las seis de la tarde del mismo día martes, Giordano abre otra vez la Fiscalía para tomar la denuncia de un gendarme que señaló a los docentes Bonatto, Del Pla, Mercado y Velázquez como responsables de resistencia a la autoridad y lesiones.
Ningún gendarme fue atendido en el hospital local por lesión alguna.Tanto dispendio horario contrastó con el pedido de algunos empleados judiciales que quisieron denunciar, fuera de su horario de trabajo, el carácter intimidatorio de una solicitada firmada por “Los muchachos peronistas”, en la que llamaban a la violencia contra los trabajadores en conflicto.

En ese caso, el fiscal les aclaró que el horario para denuncias era de 7 a 13.

A esa altura del martes la ciudad era un descontrol: la Guardia de Infantería de la Policía provincial con equipo de combate, pasamontañas negros y sin identificación alguna golpeó al profesor Murúa, congresal de Adosac, y castigó duramente al fotógrafo Juan Bolaños, colaborador de PERFIL, quien antes fue agredido a los puños por el secretario del entonces gobernador Sancho, a quien obviamente reconoció.

El miércoles, durante una marcha de los municipales, todo empeoró: en la esquina de San Martín y Urquiza un grupo de la Policía provincial al mando del comisario General Wilfredo Roque y el comisario inspector Jorge Mario Hasan comenzó a disparar proyectiles antidisturbios, gases, balas de goma y de plomo. Más de quince heridos ingresaron al hospital local, el que se negó a difundir un parte con el estado de las víctimas.

La actitud del Gobierno nacional hasta entonces fue ignorar el conflicto o azuzarlo con declaraciones provocadoras. (...)

Cuando a mediados de marzo el nombre de Peralta sonaba fuerte como eventual reemplazo de Acevedo, el Gobierno decidió dejarlo un año más en su puesto de Río Turbio “para garantizar la continuidad del esquema de inversiones”.

Al poco tiempo una denuncia penal cayó sobre Peralta y muchos se congratularon de haberlo dejado en su puesto clave, pero de perfil bajo: el gremialista de ATE Santa Cruz Luis Héctor González y el diputado ARI Adrián Pérez lo denunciaron entonces por “asociación ilícita, fraude y cohecho” en lo referente al llamado a licitación 18/2005 para contratar trabajos de “reacondicionamiento de vías, obras de arte y obras complementarias en el ramal ferro-industrial Río Turbio-Puerto Loyola”.

El presupuesto oficial era de 62.922.110 pesos y la obra fue adjudicada por De Vido y Peralta a una UTE integrada por Benito Roggio y Esuco SA por 108.188.029 pesos, un 71% más de lo que pensaba gastarse. Roggio integra junto a Metrovías el Grupo Techint y, en la fecha de presentación, estaba embargada por Rentas de la Provincia de Buenos Aires, por lo cual (según el Art. 6 de las licitaciones en la YCRT) no estaba habilitada para participar. Esuco S.A. –que ni siquiera compró el pliego pero resultó “ganadora” –es adjudicataria del 22% de las obras viales de todo el país y, según estudios técnicos, el precio promedio de sus viviendas excede entre el 144% y el 151% al de otras viviendas adjudicadas.

En la licitación pública 13/04 por “servicio de mejora y puesta en valor del techo de usina de Río Turbio”, Esuco presentó una oferta con un sobreprecio del 83% más y, por supuesto, salió favorecida. La causa “Yacimientos Carboníferos de Río Turbio” está en la Secretaría 10 del juzgado federal 5 a cargo de Norberto Oyarbide, quien ordenó archivarla dado que, en su criterio, “no hay delito evidente”. El fiscal apeló esta decisión ante la Cámara Nacional de Apelaciones, ya que el juez no hizo lugar a numerosos pedidos de prueba y se espera ahora la resolución de la Sala 2 de la Cámara. (...)"

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