EN UN MILISEGUNDO
En un momento, en un segundo, casi en un milisegundo podría decirse, que es el tiempo que tarda una granada lacrimógena en salir de un tubo caliente y pegar en la cabeza de un maestro; se terminó la aspiración política de Sobich a la presidencia. En un milisegundo su destino pasó de una construcción política metódica y trabajosa para convencer a los argentinos de que él era una opción, a un caos político que enterró definitivamente todas sus posibilidades y sueños de grandeza.
Es un modelito para tener en cuenta. Hoy Santa Cruz tiene militares con armas en las calles. Una discusión, una agresión, un mal entendido, un desborde puede acarrear consecuencias no deseadas como las que le ocurrieron a Fuetealba. Estos imponderables están más allá del manejo de la política grande, está en el simple criterio de un policía que decide si tira o se contiene. Sin embargo las consecuencias las padecerán todos los responsables políticos y aún cuando como Sobich ahora intente explicar las cosas, el daño irremediable se habrá llevado la vida de alguien y las aspiraciones de muchos. ¿Se puede ser tan necio como para no observar que esto puede volver a repetirse en otro lugar?.
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