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El mismo Jefe de Policía fue quien esta vez llevó adelante el operativo de seguridad frente a casa de gobierno y para evitar algún reto fue quien realizó la tarea de “ mediador ” entre ambas partes. Pasaban algunos minutos de las 17:00 hs de ayer jueves, cuando en la primera recorrida periodística que realizáramos nos encontramos con la casa de gobierno “cercada” por la policía de la provincia.
Cerca de 150 efectivos de la repartición provincial cubrían los accesos a casa de gobierno para evitar que los manifestantes ingresen a los jardines de la misma.
Una vez que los movilizados se comenzaron a desplazar desde la esquina de Roca y San Martín con rumbo a las oficinas de Sancho, mas de 100 gendarmes de la fuerza de choque especial se apostaban sobre los jardines, que esta vez no serían “defendidos” por Juan Carlos Figueroa el Diputado por el pueblo de Río Gallegos, ya que, esta vez, tuvo una ayudita de Aníbal Fernández que se encargó de militarizar a Santa Cruz.
Esta vez Wilfredo Roque, Jefe de Policía, no quería recibir ningún llamado desde Capital Federal reprendiéndolo, como sucedió la semana anterior cuando los manifestantes lograron romper el cordón de seguridad e ingresaron a los jardines de casa de gobierno.
Atarse los cordones
El primer cordón a cargo de la policía de la provincia esperaba a los manifestantes cubriendo el perímetro del acceso a casa de gobierno con los brazos entrelazados para soportar los empujones, la órdenes en ese momento eran impartidas por el mismo jefe de la policía en persona, quien les indicaba “firmes y tranquilos”, éstos en su mayoría cadetes de la escuela de policía, miraban a Roque y asentían con la cabeza las recomendaciones impartidas por el alto funcionario de la policía provincial.
Preparado y vestido para la ocasión Wilfredo Roque sobresalía por su aspecto adusto y el dinamismo con que se movía entre sus dirigidos, con su chaleco antibalas, el casco, el auricular del teléfono celular en el oído casi convertido en un Swat y listo para recibir la orden suprema.
Roque fue quien ofició de mediador entre ambas partes; en su primera salida desde la casa de gobierno se dirigió a la primera fila de los manifestantes donde se encontraban los dirigentes de la mesa de unidad sindical, quienes le pidieron a Wilfredo “ que salga Sancho a recibirnos el petitorio ”, el alto funcionario emprendió su camino hacia el interior de casa de gobierno, donde por las palabras expresadas por él mismo Sancho permanecía en su despacho.
En la segunda salida Roque les informó a los gremialistas que “ Sancho no iba a salir, pero que él estaba gestionando para que fueran atendidos ”, la charla con los dirigentes continuó por un par de minutos más. Cuando Roque ingresó a casa de gobierno nuevamente, había pasado una hora desde la llegada de los más de 8000 manifestantes al frente de la casa de gobierno.
Un empujón entre un gremialista y un policía produjo el desborde de los manifestantes quienes casi rompen el cordón de seguridad, por suerte esto no ocurrió; detrás de ese cordón unos 100 gendarmes esperaban la orden de reprimir armados con palos, escudos y cascos especiales.
En esos momentos Wilfredo Roque salió con el mensaje que traía desde el despacho de Carlos Sancho, pero esta vez su salida se aceleró y corrió raudamente para ayudar a contener a los manifestantes que se agitaron por los incidentes entre el policía y el gremialista.
Entre empujones e insultos Wilfredo se perdió en la multitud, tal vez favorecido por su apreciable baja estatura y un par de minutos más tarde salió de entre una veintena de policías que casi en posición de scrown de equipo de rugby evitaban la ruptura del cordón humano.
Mamá ¿Qué hacés acá?
Entre estas escenas de violencia pudimos observar una situación muy particular. Uno de los cadetes masculinos que formaba el cordón policial rompió en llanto; a sólo un metro de él dos mujeres también lo hacían, ellas eran su madre y hermana que se encontraban participando de la “ cuarta marcha por la dignidad ”.
Entre el forcejeo que ocurría en el cordón policial, una de las tantas mujeres policías que el mismo Roque colocara en la línea de choque con los manifestantes, sufrió un desmayo por la falta de aire y el forcejeo, al que eran sometidas, cuatro de sus compañeros la auxiliaron y llevaron hacia
Una vez calmados los ánimos de los manifestantes, el mediador Wilfredo Roque les comunicó la los gremialistas que no iban a ser atendidos.
Una hora y media había transcurrido desde la llegada de los más de 8000 manifestantes a casa de gobierno.
Entonces Pedro Muñoz Secretario General de
Nuevamente el gobierno respondía a la solicitud de los gremios con total silencio. Y hoy los docentes permanecen aun frente a casa de gobierno, a pesar de clima adverso que reina desde la tarde de ayer con temperaturas bajo cero y el fuerte viento que hace descender la temperatura rápidamente.
Un detalle: los jóvenes policías que acordonaban la casa de gobierno anoche, portaban armas cortas en su cinto. Impensable que una red de contención de primera línea permita que el personal porte armas de guerra. ¿Qué pasaría si alguno de ellos en una situación extrema saca la pistola? ¿Qué pasa si en una refriega como la de ayer alguien le quita el arma? ¿Qué pasa si en la locura de un desborde alguien dispara?.








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