sábado, 14 de abril de 2007

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Los giros inesperados

EL GOBIERNO Y LOS GREMIOS


La situación del conflicto docente en Santa Cruz ingresa ahora en la fase que deberá resolverse de una u otra manera, es decir, con el estiramiento de una propuesta más o menos viable por parte del gobierno (hasta ahora indetectable) o con el espectro gremial cada vez más solidificado para ir por todo o virtualmente quebrado, agotado y perdidoso si se dejan amedrentar y dividir en sus bases.

Ruben Lasagno

A esta altura es obvio que al gobierno de la provincia lo que menos le importa es el paro. Lo único que lo conmueve un poco es la manifestación popular en las calles y aún así, está claro que el amperímetro político no se mueve por más que, como sucedió en la última marcha, la gente desborde el cordón policial y grite a viva voz que se vayan todos en el umbral mismo de la oficina del Vicegobernador.

Por el lado del gobierno van a seguir resistiendo porque apuestan al desgaste de la protesta en si misma, ayudada por la campaña de intimidaciones, aprietes y amenazas que alguien viene realizando desde las sombras con la anuencia de una justicia ausente. La estrategia sigue siendo la de desmentir, contraatacar con fundamentos y argumentos banales e infantiles pero que seguirán sosteniendo indefinidamente porque finalmente saben que están recubiertos de una pátina que impide ver el sonrojamiento de sus rostros.

¿Y los gremios?

La ADOSAC ha logrado una convocatoria histórica, pero es casi un hecho que no podrá sostener en el tiempo una lucha en base a marchas callejeras, manifestaciones en el mástil de Roca y San Martín y la instalación esporádica de la carpa blanca, solamente. El tiempo juega decididamente en contra de los maestros y si no rompen el molde de la protesta y generan nuevas alternativas de manifestación que realmente comprometan el blindaje del gobierno, la cohesión irá perdiendo fuerza, particularmente entre los mismos docentes y en la relación con otros gremios que hoy apoyan.

La gran discusión que se abrió el día lunes entre los que querían ir a casa de gobierno y los que no deseaban hacerlo, se ha planteado precisamente porque hay un sector que advierte que los cronogramas pre-establecidos, los discursos repetidos y las marchas que se transforman en un costumbrismo urbano, producen el amesetamiento de la protesta que se combina perfectamente con la sordera oficial y debilita todos los reclamos hasta hacerles perder entidad y extinguirlos.

Otro sector rescata el cambio de modalidad permanente y la movilidad de la protesta como instrumento válido e innovador que renueve y sorprenda al gobierno para no permitirle ningún tipo de previsibilidad en las acciones defensivas que siempre lleva adelante.

Es este grupo, precisamente, el que ha orientado siempre los cambios bruscos en los objetivos de las marchas yendo sobre la casa del presidente Kirchner o casa de gobierno y ha propuesto un cambio metodológico para lo que resta del conflicto hasta lograr molestar tanto al Ejecutivo que deba ceder al diálogo, único elemento que puede aportar un principio de solución.

ATE y Cía.

Sin duda el gremio más combativo es ATE, que ha generado desde el año 2004 cuando era solo un germen del sindicalismo en Pico Truncado, un sello propio odiado y temido por los gobiernos porque subleva al empleado público y todos los meses convoca la disidencia residual de los gremios genuflexos cuyos Secretarios Generales son aliados incondicionales de la política kirchnerista.

Es el gremio más decidido a salir a la calle y sus bombos y redoblantes suenan con la misma intensidad en medio de una marcha de 10 mil personas como en un grupo aterido de frío de 40 o 50 afiliados expuestos al viento patagónico.

En este contexto se ha generado una combinación casi perfecta con la convocatoria multitudinaria de los docentes y el apoyo vertebral de ATE y sus socios en la mesa sindical, es decir los municipales, los judiciales, el personal legislativo. De esa simbiosis nacieron los efectos nocivos para el gobierno que ha significado (y significa) que sus instituciones políticas se vean amenazadas por un escrache multitudinario o por el peligroso acercamiento a la oficina del Vicegobernador pidiéndole la renuncia junto con todo el gabinete, algo realmente impensable un par de años atrás.

Cámara sin aire

Ayer los gremios produjeron tal vez el hecho más significativo, desde el punto de vista simbólico, que fue la toma de la legislatura provincial luego de la abortada sesión donde los diputados hicieron gala de una falta de autonomía política total y dejaron efectivamente plasmado que no representan a nadie, excepto claro, a los intereses del jefe del partido que modela sus decisiones de acuerdo al humor matinal, sin que reciba una sola objeción por miedo a quedar marginados de la prebenda política que significa el hecho de pertenecer.

Sin embargo la ausencia inicial de los docentes en la toma efectiva de la legislatura, dio inicio a una serie de lecturas que engordaron el ojo de los ministros ávidos de ver las grietas en la pared ajena, lo que fue pronta y hábilmente recompuesto por el propio Secretario General de los Municipales que remarcó hasta el cansancio desde una de las ventanas de la Cámara , que en esa lucha estaban todos y que los docentes eran una de las patas necesarias de sus luchas y se encontraban totalmente integrados al objetivo y espíritu de la mesa sindical.

Lo cierto es que estos problemas suelen aparecer cuando las bases comienzan a sentir el efecto destructivo en sus economías familiares, por medio de los estragos que hacen los descuentos arbitrarios aplicados por un estado que intenta castigar en el bolsillo lo que no puede ejecutar en las calles.

Cuando los gremios dejaron hoy la toma del palacio legislativo todos sin excepción se sentaron alrededor de una mesa y pusieron allí sus problemas comunes. El mismo padecimiento del docente que cobra 50 pesos lo tiene un hospitalario que le descuentan hasta el agua que toma y el desamparado “ 591” que siente como una cachetada a su dignidad el descuento a sus ya magros sueldos.

Todos padecen en esta lucha. El propio gobierno (aunque no lo parezca) padece también. Nadie sale ileso de un forcejeo como éste, donde por un lado se dispone un sistema intransigente, desactualizado y caduco de gobierno y por el otro un conjunto de voluntades que han decidido juntarse para lograr reivindicar 20 años de postergaciones pero con más voluntad que organización.

El factor sorpresa seguramente va a ser de aquí en más la herramienta que usen los sindicatos para mantener en alto la actitud de alerta en el gobierno díscolo que se niega a entender que la situación social no da para más y que cinco semanas de paro docente amenaza con destruir el año lectivo de los chicos de Santa Cruz.

La forma en que los gremios encaren las próximas acciones será decisiva para forzar al gobierno a un diálogo. Estas acciones deberán ser contundentes y el estado provincial será puesto a prueba en su temple y paciencia. Cuando la pierda el conflicto comenzará a acercarse peligrosamente a lo que nadie quiere llegar: un polvorín social excitado por la intransigencia de los incompetentes que administran y el cansancio que mostrará el hartazgo de los que reclaman. (Agencia OPI Santa Cruz)

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